Veneo

¿Bajas temperaturas en casa?

frio-en-casa

Averigua qué puede estar causando el problema, cómo remediarlo y cómo ahorrar dinero en calefacción.

 

¿Los radiadores están encendidos y la temperatura de la casa sigue siendo baja? Es un problema que no sólo incomoda a los habitantes de las viviendas, sino que también puede provocar un aumento de los costes de calefacción. Hay varias causas posibles de problemas con el recalentamiento. Para remediar la situación, primero hay que determinar cuáles son los motivos.

 

Radiadores problemáticos

 

A veces, los radiadores defectuosos son los responsables de la frialdad de las habitaciones. Puede haber varias razones por las que éstos permanezcan fríos o, aunque funcionen, no sean capaces de garantizar que se mantenga la temperatura óptima en el hogar.

 

  • Un radiador purgado – un radiador purgado se evidencia normalmente por dos cosas: el radiador zumba o burbujea y está caliente en la parte inferior y frío en la parte superior (esto es el resultado de la acumulación de aire en la parte superior de las aletas: el agua permanece sólo en la parte inferior, con el resultado de que sólo se calienta la parte inferior del radiador). La purga de aire suele producirse en las plantas superiores de los bloques de pisos. Para purgar el radiador, primero debe cerrarse la válvula del radiador. Si la cosa tiene lugar en la casa, lo mejor es apagar también la caldera y la bomba de circulación. 

 

Al purgar, a veces se derrama cierta cantidad de agua, por lo que conviene tener preparado un cubo o unos trapos. A continuación, con un destornillador, abra la rejilla de ventilación, situada en el radiador. Esto liberará el aire que se acumula en la parte superior del radiador; es en este punto cuando también puede derramarse cierta cantidad de agua. Una vez apagada la rejilla de ventilación, hay que limpiarla y asegurarse de que no se acumule agua en ella. A veces hay que repetir este procedimiento dos o tres veces.

 

  • Caudal de agua incorrecto en los sistemas de calefacción: puede ocurrir que los radiadores calienten peor en algunas habitaciones, pero el motivo no es que tengan poca purga. Así que si el purgado no ayuda, es una buena idea hacer la opacificación del radiador – suprimir el flujo de agua donde los radiadores calientan mejor y aumentarlo en los radiadores que calientan peor. 

 

  • Problemas de fontanería: la razón por la que el radiador no proporciona suficiente calor también puede deberse a una obstrucción en las tuberías de fontanería o a un bloqueo en el propio radiador. Si este es el caso, lo único que queda por hacer es intentar desmontar el radiador, purgar tanto él como la válvula termostática y volver a atornillarlo. Sin embargo, es mejor no realizar este tipo de procedimientos uno mismo, sino ponerse en contacto con un especialista.

 

  • El radiador es demasiado pequeño – Ocurre, sobre todo en bloques de pisos de edificios antiguos, que la superficie de calefacción de los radiadores es demasiado pequeña para mantener la temperatura de la habitación por encima de los veinte grados. Esto ocurre sobre todo cuando la temperatura exterior es baja, pero aún no ha descendido unos grados bajo cero: entonces, los termostatos atornillados regulan el suministro de calor y, como consecuencia, los radiadores están apenas tibios. La única solución posible en tal situación, que garantiza la posibilidad de elevar la temperatura ambiente, es sustituir los radiadores por otros más grandes.

 

  • La caldera no tiene potencia suficiente: a veces, una caldera o un dispositivo de aire acondicionado que debe calentar toda la casa tiene muy poca potencia para mantener calientes todos los espacios. De nuevo, la única opción en tal caso es sustituirlo.

 

Para que el radiador caliente mejor la habitación, conviene asegurarse de que no esté tapado por nada: una cortina larga, la colocación de una cama o un sillón junto a él pueden detener el flujo de calor. También es buena idea instalar una lámina especial detrás del radiador para reflejar el calor en la habitación (de lo contrario, el radiador pierde parte de su energía para calentar la pared). Además, siempre que haya problemas con el funcionamiento del radiador, lo mejor es buscar asesoramiento profesional.

 

radiador

 

Ventanas y puertas sufren fugas

 

Si las ventanas tienen fugas, es fácil que el aire frío entre en la casa desde el exterior y que el aire caliente se escape por las rendijas. Esto hace bajar la temperatura de las habitaciones y, además, provoca ráfagas de frío cerca de las ventanas. La falta de estanqueidad de los marcos de las ventanas es una de las causas más comunes de que la temperatura de la casa, a pesar de la calefacción, sea baja. 

 

Es fácil saber si las ventanas tienen fugas: basta con pasar la mano por los marcos en un día frío. Si siente una ráfaga, significa que el aire frío está entrando en la casa a través de las ventanas. También pueden ser signos de fugas la entrada de humedad en la casa y los problemas para cerrar y abrir las ventanas.

 

Primero debes intentar ajustar la ventana. Puede que el problema se deba a una presión insuficiente de la hoja contra el marco (aquí puedes leer cómo ajustar la ventana). Si esto no ayuda, es una buena idea inspeccionar visualmente las juntas y los herrajes: es posible que estén defectuosos y sustituirlos resuelva el problema.

 

De lo contrario, no sólo correrás el riesgo de sufrir molestias, frío y facturas de calefacción más elevadas, sino que también tendrás que contar con que el problema pueda agravarse; por ejemplo, la humedad puede empezar a entrar en la casa a través de una ventana con fugas, lo que aumenta el riesgo de moho.

 

Las puertas exteriores con fugas también pueden ser culpables de una temperatura demasiado baja. Al igual que ocurre con las ventanas, si la puerta no ofrece un buen aislamiento, incluso moviendo la mano a lo largo de ella se sentirá aire frío. En tal situación, lo mejor es sustituir la puerta vieja por una nueva. Sin embargo, si quieres evitarlo, puedes considerar la posibilidad de sellar la puerta tú mismo, por ejemplo, colocando juntas especiales.

 

Puentes térmicos, errores de construcción, ventilación deficiente

 

Los puentes térmicos son simplemente lugares de un edificio a través de los cuales se produce una mayor pérdida de calor. No es posible eliminarlos por completo: se calcula que, por término medio, alrededor del 10 % del aire caliente que se escapa de una casa lo hace a través de los puentes térmicos. Sin embargo, si hay negligencia durante la construcción o daños posteriores, los puentes térmicos son más numerosos y provocan una reducción significativa de la temperatura en el interior del edificio. Los puentes térmicos evitables pueden deberse, por ejemplo, a fugas en el aislamiento de poliestireno, en las puertas y ventanas o a alféizares mal instalados.

 

Una gran cantidad de calor se escapa por el suelo, las paredes y el techo. Es por esta última parte de la casa por donde se escapa la mayor parte del calor, por lo que a menudo es más difícil calentar las habitaciones situadas en el último piso (y especialmente en el ático). Unos cimientos mal aislados, grietas en las paredes, un tejado dañado… todo ello puede aumentar considerablemente las pérdidas de energía. 

 

Así pues, si los radiadores funcionan, las ventanas son herméticas, la cocina funciona bien, pero algunas habitaciones siguen siendo frías, es probable que haya habido algún desperfecto o descuido durante la construcción. Si este es el caso, debes intentar averiguar cuál es la causa y buscar ayuda profesional. La ventilación también genera algunas pérdidas de calor. Esto es natural e inevitable, aunque estas pérdidas pueden reducirse en cierta medida eligiendo una solución como la recuperación con retorno de calor. Si la ventilación no funciona correctamente, por el sistema de ventilación se escapa más aire caliente del que debería.

 

Cuando la temperatura de tu casa sigue siendo demasiado baja, conviene comprobar primero que los radiadores y la caldera funcionan correctamente. Si este no es el origen del problema, el siguiente paso debe ser asegurarte de que el calor no se escapa a través de ventanas y puertas con fugas. Si éstos tampoco son el origen del problema, es probable que la culpa la tengan los puentes térmicos, un aislamiento de paredes o suelos mal preparado o algún tipo de desperfecto (por ejemplo, en el tejado).

 

Comments are closed.