Los fabricantes de ventanas aseguran que sus productos se pueden realizar prácticamente en cualquier forma y color. Sin embargo, el diseño de los huecos debe tener en cuenta un par de datos importantes acerca de las implicaciones técnicas de las diversas formas que pueden adoptar las ventanas.
Ventanas rectangulares
El rectángulo es la más común de todas las formas que presentan las ventanas PVC. También es la más fácil de fabricar. Este dato sencillo tiene gran relevancia porque guarda relación directa con el alcance de las prestaciones técnicas que ofrecen los productos de la carpintería de PVC. Al estar formadas de líneas y ángulos rectos las ventanas rectangulares ofrecen mayores niveles de resistencia a la presión del viento y aíslan mejor de las condiciones atmosféricas exteriores.
La razón es porque sus marcos se componen únicamente de perfiles PVC rectos que pueden reforzarse a lo largo de toda la pieza. Esto permite la instalación de los herrajes perimetrales y de un mayor número de puntos de cierre metálicos (cosa imposible en caso de elementos curvos porque no siempre se puede doblar el acero).
Como consecuencia, el marco de una ventana rectangular es más rígido y resistente y sus hojas cierran más herméticamente en todo el perímetro, aportando a la vivienda más estanqueidad y seguridad. Gracias a la sencillez de su forma – y la consiguiente ejecución – las ventanas PVC rectangulares pueden tener tamaños muy variados y equiparse con prácticamente todo tipo de sistemas de apertura, siendo su única limitación las restricciones estructurales relativas al tamaño del hueco (véase el artículo “¿Cómo dimensionar las ventanas PVC?”).
Ventanas triangulares
Por lo general se recomienda que sus ángulos tengan al menos 45º. Si son más agudos, resulta mucho más difícil soldar bien las esquinas de los perfiles. Primero porque se requiere maquinaria especializada y segundo porque el vértice tiene que albergar también la junta de estanqueidad. La mayoría de los fabricantes emplea juntas termosoldables que unen en las esquinas igual que los.
Sin embargo, este procedimiento técnico puede ocasionar un exceso de goma fundida que termina contaminando la soldadura del propio marco. El cerco se vuelve entonces más vulnerable, las soldaduras presentan un desgaste más rápido y pueden incluso carecer de estanqueidad.
Por otra parte hay fabricantes que invierten en nuevas tecnologías y son capaces de superar este tipo de limitaciones. Un ejemplo claro son las ventanas de pvc que suministra Veneo. Por lo demás, las ventanas triangulares frecuentemente no son compatibles con los herrajes perimetrales. Como consecuencia sus cierres son menos herméticos y las hojas no aíslan igual de bien que las ventanas rectangulares.
Ventanas redondas y con arcos
Son las que más limitaciones presentan puesto que su ejecución requiere no sólo que se doblen los perfiles PVC sino también sus refuerzos. Lo segundo no siempre es posible. La solución técnica que normalmente se emplea consiste en colocar en los tramos curvos de las ventanas PVC redondas y arqueadas refuerzos de plástico duro.
Sin embargo, esta técnica no garantiza el mismo grado de rigidez del marco que en caso de los perfiles rectos. La consecuencia es que el marco de una ventana redonda es menos resistente a la presión de las condiciones atmosféricas y se desgasta más rápidamente. Para reducir al máximo las posibles complicaciones tecnológicas se recomienda que el radio mínimo del arco sea al menos cinco veces mayor que el ancho de los perfil que componen la ventana.
Puesto que el perfil más común tiene 70 mm de profundidad, las hojas de las ventanas redondas deben tener, como mínimo, 700 mm de diámetro. Igual que las ventanas triangulares las ventanas redondas, conocidas también como ojos de buey, no son compatibles con los herrajes perimetrales. Por eso los fabricantes comprometidos con la calidad sugieren instalarlas bien como ventanas pivotantes bien como ventanas fijas. La última opción es, sin duda, la que más garantías ofrece en cuanto a la hermeticidad de la abertura.