Vivir en pequeño puede tener grandes recompensas. Las viviendas mínimas, como las microcasas, las casas pequeñas y otras viviendas compactas construidas con el mínimo espacio y recursos ofrecen muchas ventajas en términos de asequibilidad, sostenibilidad y comodidad para quienes optan por vivir de esta manera.
Tanto si se busca una situación de vida económica como reducir la huella ambiental sin renunciar a las comodidades, las viviendas mínimas pueden ser la solución perfecta para un estilo de vida acogedor y práctico a la vez.
Condiciones de habitabilidad de una vivienda mínima
La condiciones de habitabilidad de una vivienda mínima variarán en función de las preferencias y necesidades personales. Por lo general, la vida mínima sólo incluye las necesidades básicas de un hogar. Esto incluye una cama o dormitorio/zona para dormir, un armario o espacio para guardar ropa y otros objetos, cocina-comedor y cuarto de baño. Muchas personas optan por incluir algunos elementos decorativos, como estanterías o adornos de pared, pero manteniendo la ligereza de sus viviendas.
La normativa española exige un mínimo de 30 metros cuadrados como superficie habitable, pero cuando hablamos de viviendas pequeñas, esta cifra aumenta hasta los 40 metros cuadrados como mínimo.
Condiciones mínimas de habitabilidad
Además de la superficie mínima y de la superficie útil de la vivienda deben tenerse en cuenta la presencia de instalaciones sanitarias con un tamaño mínimo de 1,2 m2, o la presencia de al menos una ventana en cada habitación que dé acceso a la luz natural.
También hay requisitos básicos relacionados con el confort y la salud, como condiciones adecuadas de temperatura, iluminación y ventilación. Todos los materiales utilizados en la construcción de la vivienda deben ser atóxicos y favorecer una buena higiene.
La vivienda también debe disponer de las instalaciones y el equipamiento necesarios para cocinar, lavar, procesar alimentos y beber agua. Además, es esencial que haya un número adecuado de enchufes eléctricos (mínimo uno por habitación).
Por último, es importante disponer de un espacio seguro para guardar los objetos personales y de una conexión eléctrica con capacidad suficiente para las necesidades de los ocupantes.
Ventajas y desventajas de la vivienda mínima
Como ocurre con cualquier tipo de vivienda, la vida mínima tiene sus pros y sus contras. Las principales ventajas son la accesibilidad, el mínimo impacto ambiental y la asequibilidad. Vivir en un espacio pequeño requiere menos recursos para su construcción y mantenimiento, por lo que resulta menos caro que las viviendas tradicionales.
Es más, este estilo de vida fomenta un mejor uso de los recursos, ya que los ocupantes son más conscientes de lo que consumen y cómo lo utilizan. El diseño compacto de las viviendas mínimas también permite pensar de forma creativa, ya que el espacio vital puede personalizarse con muebles y accesorios que se adapten a las preferencias individuales.
La desventaja de tener una vivienda pequeña es que el espacio de almacenamiento es limitado. Sin embargo, esto se puede mitigar ordenando la casa e invirtiendo en un sistema de almacenamiento inteligente. Además, la vida minimalista requiere más organización y disciplina, ya que se permite menos desorden dentro de casa.
En definitiva, la vivienda mínima ofrece una experiencia de vida única que puede adaptarse a las necesidades y preferencias individuales. Con una planificación cuidadosa y atenta, la vida minimalista es una opción atractiva para quienes buscan reducir su huella medioambiental sin renunciar al confort y la comodidad.
