La etiqueta de eficiencia energética es un sistema de clasificación desarrollado por la Unión Europea que ofrece a los consumidores una forma sencilla de comparar el rendimiento energético de distintos aparatos y productos. La etiqueta califica los productos en una escala que va de A+++ (el más eficiente) a G (el menos eficiente). Ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas a la hora de comprar aparatos eléctricos, permitiéndoles comparar el consumo y la eficiencia energética de los aparatos.
Etiqueta energética de pe a pa
Las etiquetas también se utilizan para definir las normas mínimas de eficiencia energética que debe cumplir todo producto similar para poder venderse en el mercado de la UE. Además, cada electrodoméstico tiene su propia etiqueta, diseñada para facilitar a los consumidores la comparación entre los distintos modelos.
La información que figura en la pegatina incluye el consumo de energía por ciclo, la capacidad del aparato, los niveles de ruido y el consumo de agua.
Es importante que los consumidores conozcan este sistema de clasificación para que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa a la hora de elegir un electrodoméstico y reducir sus facturas de electricidad seleccionando productos más eficientes. Un consumidor bien informado puede ahorrar dinero, reducir su huella de carbono y tener un impacto positivo en el medio ambiente.
La etiqueta de eficiencia energética es una parte importante del esfuerzo de la UE por reducir el consumo de energía, ahorrar dinero y reducir el impacto ambiental. Al conocer este sistema de clasificación, los consumidores pueden tomar decisiones más informadas a la hora de comprar aparatos eléctricos. Esto les ayudará a ahorrar dinero a largo plazo reducir su huella de carbono y contribuir a garantizar un futuro sostenible.
Nuevo etiquetado energético
El sistema de clasificación de la etiqueta energética de la A a la G, que entró en vigor en marzo de 2021, recoge el espectro de niveles de eficiencia de productos que van desde las bombillas hasta los frigoríficos.
Supone una mejora significativa con respecto a su predecesor, que solo utilizaba la escala de clases de eficiencia energética de la A a la D, y se aplica a toda una gama de electrodomésticos, incluidos frigoríficos, lavavajillas, lavadoras, televisores, bombillas y lámparas.
Eficiencia energética y los electrodomésticos
El sistema de las etiquetas energéticas y la eficiencia van de la mano, por lo que entender la etiqueta y utilizarla con prudencia puede ayudar tanto a los consumidores como al medio ambiente.
Al conocer mejor la etiqueta energética, los consumidores pueden comprar productos más sostenibles que les ayuden a reducir la factura de la luz, la huella de carbono y tengan un impacto positivo en el medio ambiente.
¿Qué productos deben llevar la etiqueta energética?
La mayoría de los electrodomésticos deben llevar la etiquetas de eficiencia energética, incluidos frigoríficos y congeladores, aparatos de aire acondicionado, lavadoras, secadoras, lavavajillas, televisores y monitores de ordenador.
La etiqueta también se utiliza para algunas bombillas y lámparas, sistemas de calefacción, ventiladores, electrodomésticos de cocina y neumáticos.
La Unión Europea ha establecido unas normas mínimas de eficiencia energética que deben cumplir todos los productos similares para poder venderse en el mercado.